lunes, 12 de julio de 2010

La tentación.

Y así, en medio de árboles y animales, me oculté; por mi fealdad, la gente comenzó a ponerme motes, a discriminarme, los niños, huían de mí.



Es que padezco una enfermedad, motivo por el cual, mi nariz, mis manos mis pies, crecen en forma desmesurada, dándome un aspecto, fuera de lo común, por lo tanto…la incomprensión y el peso insoportable, de las socarronas burlas, me llevaron a refugiarme en este bosque.


Por un tiempo, encontré tranquilidad, en este gran jardín que me dio la bienvenida, permitiéndome ser parte del paisaje, y en los animales, que pasados los primeros días de curiosidad y temor, hacia lo desconocido, me incluyeron, en una y en todas las especies.


Pero…poco a poco comencé a extrañar las voces…palabras hiladas que me acerquen, al sentir humano, ha sentirme humana.


He visto que no muy lejos de aquí, hay una casa donde viven dos niños, que de tanto en tanto, guardando prudente distancia, husmean; ¿y si los invito a tomar chocolate y les preparó unos ricos postres?


No!!! Más bien prepararé como un postre la casa, cubriré de galletitas, la puerta y las ventanas, colgaré a modo de cortinas, hileras de caramelos y las paredes recubriré con pasta de azúcar, y desoyendo la advertencia de sus padres, como en un principio ahora; serán vencidos por la tentación.


Se acercarán… los dulces querrán saborear, entonces…para que siempre me hablen, a ambos, me los comeré.




Viviana Monjo rizzola

2 comentarios:

  1. Me parece una idea genial, ¡qué original justificación la de la bruja de Hansel y Gretel para comérselos!

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  2. Me gusta, corto,conciso pero con emoción y original giro al cuento....

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