jueves, 22 de julio de 2010

El barbero más rápido del Oeste

Escrito por nuestro compañero Francisco Suárez Martín (julio, 2010):

"Mi abuelo era el barbero más rápido del mundo, bueno, en especial de su pequeño pueblo malagueño, Ardales.

Cuenta mi abuela que cortaba la barba tan rápido, que colocaba a los hombres de tres en tres, de cuatro en cuatro, incluso de cinco en cinco, todos sentados en línea, cubiertos cada cual con una toalla, y los iba afeitando del tirón, como un tornado arrebatador de barbas.

Venían a su pequeña barbería gentes de distinta ralea y diversos pueblos, todos querían que mi abuelo les rasurara la barba o les cortara el cabello. Su fama, como un viento que nadie puede frenar, llegó hasta la mismísima China.

Un día, tan soleado que hasta las moscas llevaban cantimplora, un pequeño ejército llegó del cielo, en helicópteros militares.

-Deben de ser chinos –dijo mi abuela cuando tomaron tierra-, porque son todos iguales.

Efectivamente, chinos, unos mil chinos, o cuatro mil o quince mil, bajaron del cielo chorreando a mares del calor que hacía.

Uno de los chinos dijo algo impronunciable en su propia lengua. Mi abuela, como siempre, soltó una de las suyas:

-Debe haberse cagao en la madre que nos parió a tó por este io puta que tenemos por sol, ¡vamos a morir tó achicharraos!

Mi abuelo, que casi rondaba los ciento veinte años, de rostro enjuto, con esa puntiaguda perilla gris y ese bigotillo a lo antiguo, se colocó en la cabeza su bacía de barbero y, enfrentándose a los chinos, gritó:

-¡Con la China hemos topao, amigo Sancho!

Cuenta mi abuela que lo agarró del delantal y lo metió de bruces en la barbería. Del golpe que se llevó mi abuelo, que por poco se parte la cabeza en cuatro cachos, ahora sí podrían llamarle el caballero de la Triste Figura.

Bueno, volvamos a la historia… Aquellos chinos escoltaban al mismísimo emperador de China, que vino a España solamente a que mi abuelo le diera un afeitado de los suyos.

No os creeríais lo que pasó entonces, algo alucinante, delirante, acojonante… pero bueno, eso es otra historia, y será contada en otra ocasión…"

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