jueves, 15 de julio de 2010

FLOR, ENTRE LAS FLORES

¡Oh, qué día más bonito! Se agradece una mañana gris entre tanta luz cegadora. Qué fresquito hace... ¿Habrá terminado la sequía?
No me quiero ni acordar, del calor que pasé ayer. Por suerte, ella vino con la manguera y la dejó a mis pies para que empapase la tierra seca. Sólo esta atención, deshizo en un instante el sopor y la asfixia que el sol inmisericorde volcaba sobre nosotras. Es una mujer tan atenta, siempre pendiente de nosotras, de nuestras necesidades.
Abonadas, el agua nos llegó con generosidad, pero sólo yo, tuve la suerte de ser acariciada por sus manos cuidadosas. Con extrema dulzura, pasó las yemas de sus dedos por mi cuerpo abatido y pudo comprobar la carnosidad de mis hojas. ¡Excelente! Me dijo que sin duda seré un buen ejemplar, ¡bellísimo!, digno de las huertas más selectas.
¡Qué ilusión me hizo escucharla!, qué felicidad, saber que soy la flor entre las flores del huerto.
Después, apartó de alrededor la maleza y se marchó cantando.

El sol de hoy, se diría que está avergonzado de su presunción y se econde tras las nubes, que avanzan rápido sobre los campos. Hasta me aventuraría a decir, que va a llover. Sería divino. Ya me lo estoy imaginando, qué excitante sentir cómo las gotas de agua se escurren por mis hojas y me llegan dulcemente al corazón.
¡Está lloviendo, sí, sí está lloviendo al fin! Lo que yo dije, lo he adivinado. ¡La lluvia, la lluvia ha vuelto y es maravilloso!

Pero, ¿qué es esto?, ¡me hace daño! Parece que tuviera un garbanzo hincado en la oreja, ¡qué dolor! Quiero que se quite de ahí.
¡Quítese de ahí, sea quien sea! Parece mentira, ¡oiga, es usted un estorbo y me está haciendo daño, ¡lárguese inmediatamente! Me va a romper, como siga dándome esos tirones. ¿Es que no me oye? ¡Márchese, le digo!
¡Ay, ¿y ese monstruo?, se acerca, ¡viene hacia mí! ¡Qué dientes más grandes tiene! ¡socorro, ayúdenme, por favor! ¡Auxilio!

Mientras la col era devorada, se podía escuchar la voz angustiada de una mujer, que gritaba el nombre de su hijo.
_ Garbancitoooooooooooo, ¿dónde estás?, ¡Garbancitoooooooo!
_ Estoy aquí, mamá, ¡en la barriga del buey!

Chu

2 comentarios:

  1. Con la dulzura que te caracteriza, transitas, este relato, que sentí placer al leerlo.
    No me siento calificada para un comentario idóneo,solo como lectora, y repito me gusto!!!!!!!

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  2. A mí también, tiene un giro muy original.

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