miércoles, 15 de septiembre de 2010

Observaciones sobre “El artista del hambre” de Kafka

Como hemos comentado antes sobre su obra, encuentro este relato muy actual.
Aunque creo que el ayunador representa otra cosa, se me viene a la mente dos tipos de ayunadores en nuestra sociedad desarrollada del siglo 21:

- El ayunador que está en huelga de hambre para razones “políticas”, que intenta presionar a algún gobierno o entidad oficial que actúe como el ayunador quiere, o en beneficio de si mismo o de algún colectivo a quien representa o defiende. Así se convierte en objeto de observación por el “publico” a través de los medios de comunicación – las televisiones son su jaula, nosotros somos su público y los medios de comunicación, su empresario. Siempre logra lo que propone de una manera u otra. Como mínimo consigue publicidad y conversación sobre su causa, así afectando opiniones públicas y privadas sobre el asunto, o en algunos casos consigue que el gobierno o entidad actué en acorde con sus deseos.

- El o la ayunadora que no come porque se ve guapa y atractiva en el estado esquelético, que llamamos anoréxico hoy en día, y que se ve gorda cuando está en un peso sano y “normal” de una correcta alimentación. En este caso su jaula, el entorno en lo cual se muestra, y su público, los que le observan como espectáculo, son al nivel personal y reducido en la mayoría de los casos. Y su empresario podría ser el mundo de la moda que alaba la extrema delgadez por usar modelos de este perfil.

Pero en el caso de este relato, y teniendo en cuenta los tiempos de Kafka, (aunque sigue perfectamente aplicable a la situación actual también) lanzo la siguiente interpretación sobre lo que representa el ayunador, el publico y el empresario.
El ayunador es el intelectual o idealista a quien no le gusta, ni entiende, todo los tipos de pasatiempos que los empresarios ofrecen a la población en general, a uno de los cuales el mismo pertenece.
La comida representa los pasatiempos – circos, espectáculos de poca profundidad y talento, literatura rápida y barata, etc... que él niega a comer y que le da náusea, y que al final del relato admite que no le gusta en absoluto.
El público es la población de masas que encuentra interesante su situación, durante un mínimo de días, pero luego encuentra incomprensible su insistencia en no comer (o consumir) durante tanto tiempo.
El empresario representa el proveedor de esas formas de pasatiempos de las masas que no requieren pensar ni reflexionar ni crear nada original. Termina promocionándolas por despertar la incomprensión en las masas sobre el deseo de no comer o consumirlas.
El jaula representa los propios principios del ayunador en no consumir lo que “no le gusta ni satisface” por los cuales está dispuesto a morir.

Da mucho de que hablar, y espero que tengamos la oportunidad de compartir opiniones en la sesión del miércoles.

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