domingo, 12 de septiembre de 2010

MINISTRO Y PAPEL (binomio fantástico)

El nuevo ministro era pequeño de estatura, tan pequeño que tuvieron que adaptar los muebles del despacho que había ocupado su antecesor, Guillermo Uvedoble, un hombre de piernas delgadas, brazos huesudos y manos tan largas que finalmente fueron su perdición. Cuando la comisión de control descubrió hasta dónde habían llegado esos dedos, el hábil malabarista financiero acabó en la cárcel, y el rey nombró en su lugar a Xavier Ekis, economista afamado, que sin embargo nunca había superado la talla de un chaval de doce años.

Instalado en su nuevo dominio, apoyados los pies en una banqueta, y colocados los objetos de escritorio a una distancia correcta para el alcance de sus bracitos, Xavier empezó a ejercer de ministro. Le había caído la cartera de finanzas, y este hombre bajito, que logró reducir gastos y ajustar presupuestos, no perdonó el más mínimo despiste ni error de nadie, y sus subordinados tuvieron que apretarse los mismos cinturones que bajo la batuta de Guillermo Uvedoble se habían convertido en extensibles bandas elásticas.

Aunque los expedientes, informes y recopilaciones formaran auténticas montañas de papel alrededor de su escritorio, Xavier siempre salía a flote sacrificando incluso su hasta entonces feliz matrimonio; cuando su mujer finalmente le abandonó, ni se dio cuenta porque trabajaba hasta veinte horas diarias y dormía las restantes en dos cojines debajo del sillón del despacho.

Un día cayó en sus manos un balance de la Casa Real. Descubrió enseguida unas incongruencias que un contable sin duende había querido encubrir, y lo devolvió pidiendo explicaciones…

Su destitución fue fulminante, pero al no haber cometido ningún crimen contemplado en el código penal, tuvieron que mantenerle como funcionario y se les ocurrió destinarle a correos donde trabaja feliz hasta el día de hoy, porque se ha encontrado con caras más pequeñas que la suya representando a famosos –incluso al rey– y las puede maltratar impunemente con el matasellos.

1 comentario:

  1. Qué humor el tuyo. Buena caricatura y una sorpresa final muy de agradecer.
    Por cierto, qué bien se te da jugar con las palabras como prendas reversibles.

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